jueves, 18 de febrero de 2010

El espiritu del Tercathon

Este domingo complete mi quinta maratón, creo que la más difícil de las que he disputado hasta el momento. Llegaba con una gran rotura de fibras sin curar totalmente y eso provocaba bastante inseguridad en mí pero, con todo el ánimo y ganas posibles. Sabía que el domingo iba a ser muy duro pues mi corazón estaba fuerte pero, mi muslo y parte posterior de mi rodilla no me iban a dejar desplegar mi zancada y eso suponía un punto más de concentración para controlar mis fuerzas que no estaban en compensación entro lo físico y mental.

Era sábado por la mañana, las nueve y media, y todo el grupo nos dirigíamos a recoger los dorsales al estadio de la Cartuja en Isla Mágica. El ambiente era fenomenal, entre bromas y risas llegamos, tras recorrer casi cinco kilómetros, al estadio. Aunque yo ya había notado dolor en ese corto espacio no perdí el ánimo y seguí con mi idea de salir el domingo a darlo todo, sabiendo dosificar todo lo posible el dolor.

Recogimos nuestros dorsales dimos una vuelta en la feria del corredor y de regreso al hotel, otros cinco más, de los que no cuentan excepto para mi rotura de fibras. Luego ducha y paseo por el centro de Sevilla para después ir a la comida de la pasta en El Fuerte de Isla Mágica. Tras comer unos deciden ir al hotel a descansar y otros seguirán con el paseo. Yo en otra ocasión me hubiera ido de paseo pero las circunstancias me hacen ir a descansar por precaución.

Ya por la noche no me apetece pasta ni salir muy lejos y junto con David Hurtado, Sonia, María Jesús y yo nos vamos a tomar unas raciones a la tasca que ya conocíamos de nuestro viaje anterior de turismo por Sevilla, la tasca La Gamba Blanca. Cenamos de lujo con un café posterior en la Cafetería-Pub La Prensa, bueno sinceramente fueron unos chocolates a la taza con tarde de brauning que estaba estupenda. Nos dirigimos al hotel a descansar pero recibo la llamada de Fran para que baje al recibidor del hotel que tenemos reunión. Pasamos a una sala con televisión donde Darío nos pone el vídeo del entrenamiento del dos por ocho mil del domingo anterior, creo que la mayoría sale reforzado de la sala pero yo viéndome en el vídeo sin poder hacer las series no me ayuda demasiado, así que ha intentar descansar pues las seis de la mañana llegarán pronto.

Me levanto con toda la motivación y concentración, a tope me he preparado a conciencia, toca sufrir para poder disfrutar después. Hoy no busco marca, solo terminar y poder saborear el entrar en el estadio con toda mi gente esperándome.

La expedición llega con todo el ánimo al estado. Empezamos a untarnos vaselina, réflex y todo tipo de complementos que nos ayudarán a ir más cómodos. Noto que la tensión empieza a aflorar. Los compañeros están serios, callados y aunque intento hacer alguna gracia, ellos están a lo suyo, concentrados, no es tiempo de bromas. Nos preparamos para la foto y salidos al estadio. Ya estamos en la línea de salida. Mantengo la respiración y pienso hay que terminar, así que adelante.

La anécdota fue que la pistola del juez se atascó y esos momentos de espera para algunos fueron de risa, como para mí, y para otros desesperantes. Por fin la pistola marcó el comienzo.

Salgo por la rampa del estadio, hace frío, aunque no me preocupa pues en pocos minutos tendrá mucho calor, ya me conozco. Mi ritmo está alrededor de 4'40 y me encuentro bien, incluso demasiado bien, no me fío, solo acabo de empezar.

Van pasando los kilómetros y en el 18 empiezo a notar un agarrotamiento en el muslo izquierdo, pienso .."ya está aquí, lo estaba esperando". Continuo sin darle mayor importancia aunque sé que en cualquier momento puede ser el último. Cuando llego al 25 decido parar en un puesto de la Cruz Roja para echarme réflex e intentar aminorar el dolor y sucesivamente, hago lo mismo cada 5 kilómetros, pero en el kilómetro 37 el dolor y la sobrecarga me hacen andar unos 50 metros me masajeo y continuo de nuevo con el ritmo que las piernas me permiten. Aunque mi cojera es ostensible. Diviso el final muy lejano. Estos 5 kilómetros van a ser eternos. Me adelantan montones de corredores entre ellos, Teo, Agustín, Antonio López, y alcanzo a Darío con problemas en los pies, somo un poema, no sabemos cual de los dos está peor, se lo comento y él me anima, las lágrimas afloran en mi rostro porque poco a poco noto como me voy bloqueando, pese a que el kilómetro 40 ya lo he pasado.

Miro al cielo, me acuerdo de José Antonio y su famosa frase "¿dónde está el muro?" y me contesto "ya lo tenía en la salida", ahora voy a terminar, hay reflejo el Espíritu del Tercathon que me lleva hasta el final sacando fuerzas de donde creía que no quedaban.

Entro en el estadio por un momento pienso apretar, a continuación veo que puedo romperme en la última curva, me trago mi rabia y cruzo la línea de meta sin tan siquiera mirar el reloj, no me importa LO HE CONSEGUIDO, es más en unos segundos empiezo a sonreir y llorar pues recuerdo a mi padre, mi tío Paco, tía Matilde que estos últimos meses me contemplan desde el cielo. Estoy seguro que ellos me han dado las fuerzas y el ánimo para terminar, nunca me olvidaré de vosotros, os quiero.

Me dirijo a los vestuarios y tras cambiarme me reencuentro con todo mi grupo que están muy contentos y por supuesto yo también me alegro de su tiempo conseguido, se lo merecen. Han entrado con toda la dedicación, contra viento y marea y los felicito, tanto a Pedro, Andrés, José Eugenio, Teo, Agustín, Belló, Darío, Rosa, Ángel, Patricio (si alguno se me olvida que me perdone).

Sobretodo quiero dar las gracias a todos por el maravilloso fin de semana que me han hecho pasar y en especial a mi mujer por estar siempre en las grandes carreras y en las no tan grandes, siempre junto a mí. ese es el mejor regalo pues es San Valentín y tengo la suerte de estar enamorado y de que lo estén de mí.

Quiero también dar las gracias en especial a Pedro Luis por dejarme entrenar con el pese a que no tenga nivel ni para atarle las zapatillas. Me reconforta como me abrazó cuando llegué y nos encontramos en el estadio. Eres más que un compañero eres un amigo. Y espero que pueda compartir entrenamientos y carreras contigo, es un placer. Decir también enhorabuena, en especial a Rosa porque ha hecho historia muy merecida y me ha encantado compartir entrenamientos con ella. ERES LA MEJOR. A Teo que además era su cumpleaños y al resto, tenéis toda mi admiración, mi amistad para cuando querías. Solo voy a añadir que eché de menos a "mi hermano" o "primo", como algunos piensan, José Ángel pues en los dos maratones que no he compartido con él me he acordado mucho, así que ponte las pilas para la siguiente, no me falles.

Solamente me queda despedirme. HASTA LA PRÓXIMA.


Miguel Tomas Del Olmo Lara


1 comentario:

Jordan dijo...

Muy emotiva y sincera la cronica Miguel, me alegro de que lo terminaras, sufriendo, pero eso en ti es normal, eres un luchador.
Espero que la lesión vaya desapareciendo y que por fin puedas preparar un sin contratiempos, que " TU maratón " esta aun por llegar.

Un abrazo